viernes, 9 de mayo de 2008

El que le roba a un ladrón...

Ayer a la nochecita, al regreso del trabajo, estaba con una amiga en una perfumería suburbana haciendo compras domésticas y nos sorprendió el precio del desodorante líquido para inodoros. Ella necesitaba comprar uno de esos repuestos que tienen dentro una especie de solución viscosa verde o azul, con aroma a pino o algas marinas, que se encastra en un dispositivo y se cuelga a un costadito del inodoro. Lo explico en detalle para diferenciarlo bien, porque no es lo mismo que las florcitas o las canastitas que son mucho más baratas. El asunto es que nos encontramos con que el precio de este tipo de repuestos está entre los $7 y los $8, bastante saladito por ser un accesorio para el inodoro que hay que cambiar seguido. Así que le dije a mi amiga:

-Dejá, yo te traigo uno de la oficina.

-No te preocupes, compro otra cosa. Me fijo. – Y siguió analizando el estante azulverdoso.

La agarré del brazo obligándola a darse vuelta e insistí:

-Mañana te traigo uno de la oficina.

-Bueno, está bien.- Contestó dudosa, filtrando en su titubeo un poco de miedo a que ese accionar me traiga problemas. Por lo que, adivinando su preocupación, le dije:

-No pasa nada. Si la compra del supermercado la hago yo por Internet. Pido lo que quiero, nadie me controla, así que siempre trato de agregar algo. Él (mi jefe) ni sabe si pido, ni qué pido, ni cuánto pido…Con asegurarle su café y sus galletitas ya lo dejo contento.- Aseguré.

Esta práctica, que tantos ejercitamos en nuestros respectivos trabajos, se denomina escamoteo*. Surgida en el ámbito fabril y extendida a administraciones comerciales, oficinas y grandes empresas, es este un recurso de obreros y empleados. Un desvío, una táctica sutil y silenciosa de los dominados en el campo del orden impuesto.

El escamoteo es una práctica popular que funciona como una forma de resistencia a la jerarquización social que organiza el trabajo.


Los trabajadores utilizamos material o máquinas (teléfono, impresora) para provecho propio, robamos pequeños objetos (cartuchos, hojas, cds, liquid paper) y, por sobre todo, los trabajadores que escamoteamos, le sustraemos tiempo a la empresa. En este último caso los ejemplos son infinitos: colgarse en el msn, dormir en el baño, estudiar en el escritorio, estirar la hora de almuerzo, ir a fumar a la escalera un largo rato, transformar los cinco minutos para tomar un café en una charla de tres cuartos de hora en la cocina, hacer trabajos para la facultad, leer el diario (o ciertos blogs) en internet, bajar música o películas, enviar y contestar mails personales, pintarse las uñas, jugar al “busca minas” (eso ya es demodé, ¿no?), etc.

Así es que este post es ante todo una recomendación, un consejo: PRACTIQUEN EL ESCAMOTEO!!! Es una forma de resistencia válida y efectiva, por lo menos para quien la ejecuta que, de algún modo (aunque a veces ínfimo), resulta beneficiado.

Este es un fenómeno que se ha generalizado, aún cuando los empleadores lo penalizan y ponen en práctica diversos mecanismos de control: cámaras, factura detallada de teléfono, censura a internet, revisión de bolsos, etc. El escamoteo sobrevive, se expande, muta, se supera.

Yo, personalmente, lo vengo practicando hace años y, además del msn, estudiar en el horario laboral o “tomar prestado” algún producto de limpieza, mis favoritos siempre fueron los artículos de oficina. En otra empresa, en la que trabajé muchos años, yo era la encargada de las compras de librería, así que al usual pedido siempre agregaba marcadores, sobres, folios, hojas de colores (que son bien caras) y cualquier cosita que anduviera necesitando.

Fomentemos y contagiemos el escamoteo, una herramienta mediante la cual quitarle aunque sea un mínimo de rentabilidad a quienes nos explotan y nos subordinan. Es una práctica legítima para una menguada venganza de quiénes nos roban con cada grito humillante, con cada orden incoherente, con cada tarea inapropiada, con cada hora extra impaga, con cada exigencia insólita y con cada abuso, nuestra doblegada dignidad.


*de Certeau, Michel, La invención de lo cotidiano

10 comentarios:

Trefo dijo...

La siesta en el baño es mi práctica del escamoteo preferida: una lucha silenciosa por una porción de la plusvalía.

Trefo dijo...

Carolina, la invito a pasar por el malevaje. Serán bienvenidos sus valiosos comentarios.

felicitas horton dijo...

Según tengo entendido escamoteo es sinónimo de habilidad, truco, malabarismo (entre los buenos usos de la palabra). Quizás mi querida secretaria, es una de tantas habilidades que posees para equilibrar la balanza de la ciega justicia.
Entre cerdos jerarcas capitalistas las tropas deben subsistir… pues tu habilidad para hacer malabarismos es asombrosa… un punto a favor en el desequilibrado mundo del hoy.

f dijo...

che no seas tan mala con el jefe

Anónimo dijo...

Lo que hacés es robar, a tu jefe o a la empresa, pero sigue siendo robar. Tendría que darte un poquito de vergüenza.

Anónimo dijo...

¡Araca que viene la cana!
Llegaron los inevitables guardianes de la moral. "A tu jefe o a la empresa, pero sigue siendo robar". ¡Bienvenida al blog Lilita! No hay condiciones, contexto, nada. Lo único que hay son diez mandamientos. Y si los violás, avergonzate, arrodillate, rezá diez padres nuestros y doce Aves Marías.
¡Te falto gritar Orden y progreso, anónimo! ¡Saludos!

Anónimo dijo...

A vos te tendría que dar vergüenza dejar ese comentario en un blog de una empleada explotada que cuenta su sufrimiento y su lucha por sobrellevar los abusos de todos los días. Me juego a que sos hombre, seguramente un jefe explotador o, peor aún, un pendejo criado por machistas que trabaja en la empresa de su papá. Por qué no agarrás la cacelora, que me parece que hoy se juntan tus vecinos en Santa Fe y Coronel Díaz para apoyar al campo.

Bravo Inmoral!!! Impecable tu respuesta.

Anónimo dijo...

Ana Laura: soy mujer y soy empleada.
Una empleada, si considera que está siendo explotada, tendría que buscar un mejor trabajo. Y no tratar de "cobrar lo que no le pagan" con robos hormigas.
Ahora roba biromes, pero si más adelante robara cheques, también estaría justificada por "ganar poco"?

Anónimo dijo...

No todas las mujeres y todas las empleadas somos iguales (por suerte). La condición de mujer y empleada no nos pone en condición de igualdad ideológica.
Nunca vamos a estar de acuerdo, pero mejor, porque si alguien que expresa lo que vos expresas cambia muy rápido de opinión me haría dudar a mí me lo que pienso. Pero tampoco es necesario ponerse de acuerdo, porque vos no entendés desde que lugar se dicen las cosas que se dicen acá. Por eso no me queda más que recomendarte lo mismo que en el comentario anterior: salí con la cacerola que te vas a sentir más cómoda y, de paso, contale a tus vecinas que este país está perdido y no progresa porque hay una secretaria que anda robando lapiceras. Capaz que descubren a Carolina y listo, se soluciona la crisis del campo.

Dago dC... dijo...

Ja! sinceramente creo q es algo que todos hacemos en el trabajo... Mi jefe, sabiendo esto me propuso el siguiente acuerdo: Yo te pago todos los gastos de facultad (libros, utiles, cuota, pasajes... yo solo tengo que llevar los tickets y pasarlos por caja) asi que en mi caso me da verguenza llevarme mas de lo que me da, porque estaria rompiendo el acuerdo, pero se que lo mio es un caso particular...