sábado, 6 de diciembre de 2008

El sí de la niña...

Rimel.
Desayuno de los párpados.
Lágrimas negras.

Una blusa de falso broderie,
una hebilla que duele,
una cartera al tono.
Zapatos de imitación,
muñequita de estación,
coquetea con los durmientes.

Se le mueren las plantas en el viaje.
Le aplastan las tetas.
Le tocan el culo.
Se resbala el silencio por las arrugas del traje.

Fotocopia de peatonal,
un escote infernal,
cerebro barato.
Duplicado de escritorio,
blanco de mejitorio,
puta bilingüe.
Figurita de colección,
ejemplo de aberración,
excusa misógina.

Palabra subestimada,
la parte censurada,
el libro prohibido.

Con la sangre de los sueños
corta el café.
Un grito.
Una respuesta.
Su voz de cortesana
regresa siniestra
por el pasillo.
Y se oye obediente,
automático,
resentido,
aterrador….
el sí de la niña.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Hey hacía mucho tiempo q no escribías nada. Estaría bueno q publiques más seguido porq escribís muy bien. Además comparto muchas de las cosas q he leído.
Beso. Tana

Anónimo dijo...

Aterrrador el que sea real.

Me gusto mucho el poema... Tengo cierta mania con las putas.

Anónimo dijo...

Muy bueno Carolina!
Congrats!

leticia dijo...

hermoso regreso niña!

Anónimo dijo...

Ahora... ¡que no se corte!

Claudio G. Alvarez Tomasello dijo...

BIEVENIDA!!!!

Anónimo dijo...

Che, somos varios los que gustamos de leerte...

Vas a volver?